Juncker, junto al presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat; el presidente del Ruanda, Paul Kagame, y su esposa, Jeannette Kagame, era el encargado de prender el monumento ‘La llama de esperanza’.

Todo iba bien cuando les entregaron las antorchas, cómo se ve en las imágenes difundidas en redes sociales.

Pero luego de prender la obra, Juncker giró su cuerpo y acercó mucho el fuego a Jeannette Kagame, que tuvo que echarse un poco para atrás para no ser quemada y gracias a otra personas que intervino y logró que el presidente de la Comisión Europea siguiera girando.

A pesar del momento de susto, todos se mantuvieron calmos y el evento continuó con normalidad.

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El genocidio de los tutsi ha sido uno de los peores en la historia de la humanidad. Ocurrió el 6 de abril de 1994 por la noche, impulsado por la mayoría hutu contra la minoría tutsi, enfrentadas por una agria disputa histórica, que se desarrolló durante cien días y segó la vida de unas 800.000 personas.

Durante el evento del domingo, se confirmó que 80.931 cadáveres recuperados de fosas comunes excavadas durante el genocidio de 1994 en Ruanda serán enterrados de forma digna el próximo 4 de mayo en el Monumento al Genocidio en Nyanza, al sureste de Kigali.