Los hechos ocurrieron este lunes 10 de enero, cuando, al término de la misa por el funeral de Alessia Augello, miembro del movimiento neofascista Forza Nuova (FN) y quien murió por una trombosis, los presentes sacaron el ataúd a la calle, lo cubrieron con la esvástica nazi y comenzaron a realizar saludos fascistas.

La policía nacional ya inició una investigación para identificar a los responsables de colocar la bandera y ha identificado a varios participantes en el funeral, todos miembros de grupos de extrema derecha.

“Lamentablemente, lo que sucedió fuera de la iglesia al final de la celebración se llevó a cabo sin ninguna autorización por parte del párroco o del sacerdote celebrante, los cuales ignoraban lo que estaba a punto de suceder, dijo el vicario de Roma, que tachó lo sucedido como una “instrumentalización ideológica grave, ofensiva e inaceptable.

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Asimismo, subrayó que la esvástica nazi es un “un símbolo horrendo inconciliable con el cristianismo”.

El incidente salió a la luz después de que un video grabado por un vecino desde un balcón situado frente de la iglesia que mostraba la salida del féretro y los saludos fascistas, con la mano alzada, fuese publicado en redes sociales, levantando una gran indignación.

El párroco, Alessandro Zenobbi, expresó su “profunda tristeza, decepción y consternación por lo sucedido y se distanció de cada palabra, gesto y símbolo utilizado fuera de la iglesia”.

El líder nacional de FN, Roberto Fiore, y el de Roma, Giuliano Castellino, se encuentran en prisión desde el pasado 9 de octubre, cuando participaron en el asalto a la sede del principal sindicato del país, la CGIL, durante una protesta contra el certificado sanitario anticovid en la capital que terminó con fuertes disturbios.