“Estoy investigando este caso de armas de plástico 3D vendidas al gran público”, escribió Trump en Twitter. El mandatario, que ya había consultado el tema con el principal lobby estadounidense de armas de fuego, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), añadió: “¡Eso no parece tener mucho sentido!”.

Los avances hechos en la impresión 3D permiten fabricar armas funcionales a partir de un plano digital de forma anónima sin dejar rastro, a diferencia de las producidas por fabricantes autorizados.

Un avance tecnológico que preocupa a los partidarios de un control de armas más estricto en los Estados Unidos, donde la legislación ya es muy permisiva en esta materia.

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El gobierno federal autorizó en junio al grupo Defense Distributed, el pionero de esta tecnología, a difundir sus planos digitales a partir del primero de agosto. El lunes, los fiscales de 8 estados anunciaron que van a pedir a un juez federal que bloquee el programa de impresión 3D de armas de plástico.