Donald Trump y Boris Johnson, Boris Johnson y Donald Trump. Parece como si los planetas se hubiesen alineado para revivir la histórica “relación especial” entre Estados Unidos y el Reino Unido, considerando la buena química que han exhibido entre ellos.

Otra de las comparaciones del columnista de opinión del ‘Times’ es que ambos líderes “mienten y hacen daño”; sin embargo, los diferenció en que, según el autor de la columna, Johnson es un viejo zorro, lejos de la ignorancia que ha demostrado Trump.

El columnista concluye que a ambos líderes “les llegará su hora”, es decir, que la verdad y la justicia sobre sus acciones se impondrán. Hay que recordar que este miércoles, Johnson está tomando posesión como primer ministro de Gran Bretaña.

La relación entre los dirigentes, que se presume buena, podría volverse complicada dados sus caracteres egocéntricos y con intereses muchas veces divergentes.

Tras confirmarse la victoria de Johnson en las internas del Partido Conservador, el saludo de Trump no se hizo esperar.

“Felicitaciones a Boris Johnson por convertirse en el nuevo primer ministro de Reino Unido. ¡Será genial!”, tuiteó el presidente estadounidense, que en los últimos meses no ha ahorrado superlativos para elogiar a “Boris”.

La calidez de Trump hacia Johnson está en las antípodas del trato que dispensa a la primera ministra saliente, Theresa May, a quien criticó en múltiples ocasiones y de quien opinó que hizo “un muy mal trabajo con el Brexit”.

Que la era Trump-May resultó nociva para las relaciones entre los dos grandes aliados transatlánticos quedó demostrado con la renuncia a principios de julio del embajador británico en Washington, Kim Darroch, luego de que se filtraran cables diplomáticos confidenciales en los que éste tildaba a Trump de “inestable” e “incompetente”.

Boris Trump

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Con Trump y Johnson, por el contrario, “podríamos ver la colaboración más cercana entre líderes de Estados Unidos y el Reino Unido desde la época de Ronald Reagan y Margaret Thatcher”, dice Nile Gardiner, exasesora de la “Dama de hierro” y hoy investigadora del “think tank” conservador Heritage Foundation, con sede en Washington.

Se parecen hasta en el pelo

Son varias las razones que pueden explicar la posible asociación entre los dos líderes.

Nacido en Nueva York, el nuevo líder de los Tories está decidido a dejar la Unión Europea cueste lo que cueste el próximo otoño (boreal) y “representa una clara perspectiva pro Estados Unidos con una afinidad profundamente arraigada hacia la alianza transatlántica”, dice Gardiner.

Esa mirada combina a la perfección con un Trump pro-brexit y anti Unión Europea.

Todo, hasta la cabellera rubia, parece acercar a estos dos hombres que han llegado al poder montados a una creciente ola populista.

“Por principios, son compatriotas ideológicos, a la derecha, con una orientación más populista, en contra de la corrección política y el establishment”, dice a la agencia AFP el politólogo Ian Bremmer, presidente del centro de reflexión estadounidense Eurasia Group.

Al mismo tiempo, “es una relación mucho más volátil e incierta”, advierte.

Según el experto, Johnson y Trump tienen personalidades similares y comparten un desdén por la ideología. “Ninguno de ellos se preocupa tanto de los asuntos como se preocupan por ellos mismos”.

Ese análisis parece confirmarse con la explicación de Trump de por qué quiere tanto al nuevo líder británico: porque es “el Trump británico”, dijo el martes.

Así como los dos buscan la luz de los reflectores, puede que se saquen chispas si Johnson, dueño de un largo historial de metidas de pata, arroja sombra sobre el susceptible inquilino de la Casa Blanca.

“Boris Johnson ha ofendido a mucha gente que no se ofende tan fácilmente como Trump”, advierte Bremmer.