En la reunión en el resort Mar-a-Lago en West Palm Beach, Florida, el presidente Trump aprovechará “la oportunidad de agradecer a estos países su apoyo por la paz y la democracia en Venezuela”, detalló un comunicado de la Casa Blanca.

Las islas del Caribe han sido durante años beneficiarias de generosos subsidios petroleros del gobierno chavista a través de la alianza energética llamada Petrocaribe, cuyos aportes han mermado en medio de la debacle económica de Venezuela y la caída de su producción de crudo.

El gobierno de Trump está aumentando sus esfuerzos contra lo que ve como el avance del socialismo en la región y ha prometido mano dura contra los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

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En particular ha liderado los esfuerzos diplomáticos para forzar la salida del poder de Nicolás Maduro, cuya presidencia es considerada ilegítima por la oposición venezolana y medio centenar de países. Estos consideran presidente encargado al líder opositor Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Haití, antiguo aliado del chavismo, rompió filas y se unió a Bahamas y República Dominicana en su apoyo a Guaidó, mientras Santa Lucía y Jamaica han optado por promover el diálogo, un recurso considerado agotado por la oposición venezolana.

Este martes, Trump se reunió con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, su aliado ideológico en Sudamérica, en charlas dominadas por el tema de Venezuela.

“Todas las opciones están sobre la mesa”, reafirmó Trump, flanqueado por Bolsonaro.

La Casa Blanca informó también que el encuentro “reafirmará la fuerte amistad y compromiso con estos países (…) y se discutirán oportunidades potenciales para la inversión energética”. También buscará maneras de contrarrestar las “prácticas económicas predatorias de China”, agregó.