Marx, reconocido y mediático arzobispo alemán, lleva 3 años trabajando para que el celibato sea desmontado de la institución católica. Los argumentos del cardenal de Múnich son claros y no solo tienen que ver con una motivación puramente sexual, sino que está mediada por el bienestar de estar acompañados por las personas que aman.

“Para algunos sacerdotes, sería mejor que estuviesen casados, no solo por motivos sexuales, sino porque sería mejor para su vida y no estarían solos”, afirmó recientemente en una entrevista.

Desde 2019 viene pidiendo que los sacerdotes puedan casarse, debido a la escasez de curas en varias zonas del mundo. Aquella vez, pidió que hombres casados pudieran ordenarse para cubrir estas vacantes.

‘Mea culpa’ de Reinhard Marx, arzobispo de Múnich

“Las cosas no pueden seguir tal y como están ahora”, señaló el cardenal, que ha considerado la vida célibe como “precaria”. Insistió en que el celibato no se eliminaría totalmente, pero apuntó que ve una “interrogación” sobre “si debe ser tomado como una precondición básica para todos los sacerdotes”.

La iglesia católica no debe abandonar este debate, pues en él hay muchas respuestas a los problemas que hoy la tienen en el ojo del huracán. Marx reconoció que los abusos sexuales infantiles son sistémicos y deben ponerse los reflectores en este crimen enquistado en la fe católica por parte de los sacerdotes.

El arzobispo está dispuesto a dimitir y dice no estar aferrado a su cargo. El pasado 4 de junio, envió una carta de renuncia al papa Francisco para que fuera tenida en cuenta. Sin embargo, esta fue rechazada.

Marx calificó de “imperdonable” lo que muestran los casos revelados en un informe de la semana pasada sobre abusos investigados que sucedieron entre 1945 y 2019, y que reprocha el comportamiento tanto del cardenal como del papa emérito Benedicto XVI.