Jewel Horton, directora del refugio animal del condado de Pender, en ese estado, dijo el miércoles que los refugios de mascotas financiados por el gobierno local se estaban llenando con tal rapidez que se hacía necesario abrir espacio, informa Independent.

A pesar de que el deseo del lugar es evitar aplicar eutanasias “a toda costa”, esa parece ser la medida más efectiva en este momento. Para no llegar a eso, pidieron ayuda. Varias organizaciones ya trabajan para impulsar adopciones, de manera que se libere espacio en los refugios sin necesidad de sacrificar animales.

El problema, sin embargo, es delicado, ya que como las autoridades les han pedido a los residentes de Carolina del Norte que evacuen para evitar que sean víctimas del huracán Florence, no hay personas que se puedan hacer cargo de los animales. Además, como la gente sigue yéndose, más mascotas llegan a los refugios.

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La semana anterior, la Agencia Federal de Manejo de Emergencias les había pedido a los habitantes que tuvieran en cuenta a sus mascotas a la hora de evacuar. Por otra parte, varias organizaciones animalistas son bastante rigurosas con esa cuestión, especialmente después del huracán Katrina, en 2006.

Durante esa devastadora tormenta, cerca del 44 % de las personas que pudieron verse afectadas no evacuó por no querer dejar a sus mascotas.  Muchos otros animales (cerca de 100 mil, según reportes), sin embargo, fueron abandonados, dice The Washington Post.

Por todo eso, Julie Lamacchia, presidenta de la Humane Society, que busca detener el sufrimiento animal, dijo:

“Esta tormenta nos va a arrasar. […] Si no hacemos que la gente intensifique y fomente y done, realmente va a limitar nuestros esfuerzos”.