De acuerdo con informaciones preliminares, se trata de un hombre de 44 años, de nacionalidad china y natural de la ciudad de Wuhan, quien aparentemente había llegado a Filipinas ya contaminado con el coronavirus 2019-nCoV, nombre que los científicos le otorgaron.

Esta primera muerte fuera del territorio chino ocurre en momentos en que un creciente número de países anuncia severas restricciones fronterizas para personas provenientes de China.

Chinos tapabocas

Artículo relacionado

Aumentan a 304 los muertos por coronavirus; en EE. UU. y Alemania ya hay 8 casos

El domingo, la Comisión de Salud Pública de la provincia china de Hubei reportó 45 nuevas víctimas fatales en las últimas 24 horas, y con ello el número total de personas muertas en el país por la epidemia ya asciende a 304, mientras que el número de casos confirmados de contaminación ya llegó a 14.380.

China ingresa ahora en un período particularmente delicado, ya que sus habitantes se aprestan a retomar los viajes ante el fin de las extendidas vacaciones por el Año Nuevo Lunar. Esas vacaciones terminarán el viernes, aunque las autoridades la han extendido hasta el lunes siguiente, en una tentativa de ganar tiempo para administrar la crisis.

Ante la propagación aparentemente imparable de este nuevo coronavirus, numerosos países cerraron sus fronteras al ingreso de viajeros provenientes de China, en una desesperada tentativa de limitar su exposición a la epidemia. El virus ya ha alcanzado a más de una veintena de países, incluyendo España, el Reino Unido, Alemania, Rusia y Suecia, mientras que África y América Latina parecían de momento exentas de la epidemia.

Pasajeros con tapabocas por virus de Wuhan

Artículo relacionado

Virus deja 259 muertos en China y ya le cierran puertas a cualquiera que venga de ese país

China, por su parte, criticó la reacción de los países que adoptaron restricciones, alegando que era necesario evitar el “pánico innecesario” con la implementación de “medidas excesivas”. La OMS advirtió de que las restricciones a la circulación podrían ser contraproducentes durante una emergencia sanitaria, por el riesgo de que perturben la distribución de ayudas y de lastrar la economía de los países afectados.