Esta semana, en su programa, Kennecke habló sobre la muerte de su hija mayor, Emily Groth, de tan solo 21 años, víctima de una sobredosis de fentanilo el pasado 16 de mayo. La joven llevaba cerca de un año batallando contra su adicción, dice el portal News.com.au.

Paradójicamente, en ese mismo momento Angela estaba trabajando en un reporte periodístico sobre la epidemia de opioides. Después de su día de trabajo, recibió la llamada de su exesposo, que le informó sobre el fallecimiento de la hija de ambos. En una entrevista para USA Today, la periodista dijo:

“Mi mundo se deshizo a mis pies. […] No sé cómo me las arreglé”.

El trabajo que estaba haciendo el día de la muerte de su hija no era uno aparte. De hecho, Angela había trabajado en el tema de la epidemia de opioides por varios años de manera profesional. Y de repente el problema que tanto había investigado golpeó en la puerta de su casa.

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Pero su decisión no fue la de ocultar el impacto que la pérdida de su hija le generó. Por el contrario, decidió incluir su propio testimonio esperando que su historia sirva de ayuda para padres y adolescentes que estén en situaciones similares.

Así compartió su caso en televisión:

Pero allí no se quedó su tarea. Luego de la muerte de su hija, Angela abrió un fondo, el ‘Emily’s Hope’, para ayudarles a los adictos a encontrar los recursos que necesitan para cubrir el tratamiento y superar su condición. De esta manera, la periodista espera evitarles a otras familias el dolor que ella no puede “poner en palabras”.