La justicia de Francia, país donde se presentó el caso, condenó al hombre a mediados de octubre pasado a 3 meses de prisión por no cumplir con su obligación parental, pues su descuido llevó a que el mayor de sus hijos perdiera 7 dientes que estaban podridos por el azúcar de la bebida, mientras que el segundo “casi ni hablaba”, según el representante de la asociación Francia Víctimas 87.

Además, el padre, que recibía ayudas sociales y a los pocos días no tenía nada que comer más que Coca Cola, fue descrito como violento con su esposa y los 2 menores.

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De igual manera, las condiciones en las que vivían los pequeños no eran adecuadas para ellos.  “No había nada en su departamento”, dijo a AFP Bruno Robinet, el fiscal adjunto, “no había nevera, los niños dormían en un colchón sin cobertores y no había juguetes…”, sentenció.

Ahora, los pequeños se encuentran bajo los cuidados de familias de acogida donde se les empezó a introducir al consumo de carne y verduras.