Haydar al Zamili, vocero de las entidades sanitarias, manifestó que el saldo provisional es de 52 personas muertas y 22 heridos. Asimismo, indicó que el hospital estaba asignado para atender exclusivamente a pacientes con COVID-19.

“Las víctimas murieron en su mayoría quemadas y se sigue buscando a posibles supervivientes dentro de los escombros”, precisó el funcionario.

Según una fuente del departamento de salud provincial de Irak, el incendio se debió a la explosión de varios cilindros de oxígeno. Cientos de personas en Nasiriya acudieron al lugar para ayudar a los bomberos y a los socorristas, que lograron contener las llamas.

El primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, mantuvo una reunión de emergencia con varios miembros de su gabinete y decretó tres días de luto, mientras que el director de Salud de la provincia de Di Qar, Sadam al Tawil, presentó su dimisión poco después del suceso.

“La catástrofe del hospital Al Husein es una prueba evidente (del fracaso) en proteger la vida de los iraquíes y es hora de poner fin a este fracaso catastrófico”, escribió Mohamed al Halbusi, presidente del parlamento, en Twitter.

La mayoría de los hospitales en Irak están en un estado calamitoso y el sistema de salud lleva años en ruinas por las dificultades económicas y la corrupción. En la clínica de Al Jatib también se presentó un incendio en abril pasado, donde murieron más de 80 personas.

Pacientes con COVID-19 mueren quemados en hospital de Irak