En 91 de los 96 departamentos de Francia impusieron restricciones al uso del agua potable e incluso algunos pueblos ya no tienen este servicio.

Los niveles de alerta están elevados en una parte del oeste de la cuenca del Loira, también en Drome, Var y Lot. En estas zonas sólo se está autorizando la extracción de agua para usos prioritarios como: salud, seguridad ciudadana, abastecimiento de agua potable y saneamiento, mientras que para fines agrícolas está prohibida. Por otro lado, en el departamento Isla de Francia, los 60 municipios de las cuencas de los Orge y Rémarde entraron en estado de alerta por decreto de la prefectura.

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El Servicio Meteorológico Francés (Météo-France) estima que no se presenten casi lluvias en las próximas dos semanas, salvo en los Alpes y los Pirineos. “Julio de 2022 probablemente será el julio más seco registrado desde 1958″, afirmó un portavoz del Météo-France. La semana pasada, el país registró las temperaturas más altas, que alcanzaron los 42,6ºC en Biscarrosse, 42ºC en Nantes, 39,5 ºC en Saint-Brieuc y 39,3ºC en Brest (al oeste) -cuatro grados más que el récord anterior-.

En Lorena, la central nuclear de Cattenom ha tenido que extraer agua destinada a refrigerar sus instalaciones en un embalse vecino. En Franche-Comté, varios municipios se están abasteciendo por camiones cisternas.

Además, en lo que va del mes, la Agencia de Salud Pública de Francia registró “dos accidentes de trabajo mortales posiblemente relacionados con la exposición al calor”. Una muerte fue en Bretaña (al oeste) y la otra en la región de Occitania (al sur).

El tráfico en ríos y canales también está afectado. En el Canal du Midi, que une el río Garona con el mar Mediterráneo, los barcos se están agrupando en las esclusas para ahorrar agua. Esta, medida, que generalmente se implementa después del 14 de julio, entró en vigor desde principios de mes debido a “condiciones de sequía que no se veían desde hace diez años”, según indicó un portavoz de la oficina Voies Navegables de Francia (VNF). La navegación también está interrumpida en parte del canal de Borgoña y en la región de Nancy. En cuanto al río Rin, las barcazas están cargadas a un tercio de su capacidad para no raspar el fondo del río.

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En cuanto a la afectación a la agricultura, Jean-Pierre Clipet, gerente local de la Federación Departamental de Sindicatos Agrícolas (FDSEA), afirmó a Le Monde que en el departamento de Pas-de-Calais hay una gran preocupación por “la caída de los rendimientos” y en Boulonnais, “los colegas dicen que es peor que 1976, no saben cómo van a alimentar a sus animales este invierno”.

Sumado a todo este panorama, la fauna silvestre también se está viendo fuertemente afectada. Jean-Baptiste Decote, de la Liga para la Protección de las Aves (LPO por sus siglas en francés) señaló para el mismo diario francés que los puntos de agua para los animales cada vez son más escasos, lo que los obliga a viajar trayectos más extensos, aumentando el “riesgo de colisión en una carretera” o incluso el agotamiento en medio de la búsqueda de hidratación.