La aeronave se estrelló cerca de Bishoftu, a unos 47 kilómetros de la capital etíope.
“A bordo viajaban pasajeros de 33 países, no hay sobrevivientes”, cita Reuters a una fuente de la compañía aérea que hizo esta declaración a la cadena cadena etíope EBC.
El contacto con la aeronave, un Boeing B-737-800MAX, se perdió a las 8.44 (5.44 GMT), seis minutos después de que saliera del aeropuerto internacional Bole de Adís Abeba.
La oficina del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, expresó sus más profundas condolencias a través de las redes sociales a las familias que perdieron a sus seres queridos en la catástrofe.
También el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, se hizo eco de la tragedia.
“Estamos entristecidos por la noticia de un avión de pasajeros de Ethiopian Airlines que, según informes, se estrelló 6 minutos después del despegue en ruta a Kenia. Mis oraciones van a los familiares y los prójimos de aquellos que estaban a bordo”, tuiteó.
El portal de seguimiento de vuelos Flightradar24 publicó en su cuenta de Twitter que, según su red de ADS-B (por las siglas en inglés del sistema automático dependiente de vigilancia), el régimen de ascenso de la aeronave tras el despegue fue inestable.
Es el segundo accidente de un Boeing 737 MAX 8 que ocurre en los últimos meses, después de que una aeronave de la compañía indonesia de bajo coste Lion Air, con 181 pasajeros y ocho tripulantes, cayera en el mar de Java el 29 de octubre pasado pocos minutos después de haber despegado de Yakarta. Tampoco hubo sobrevivientes en aquella catástrofe aérea.
Según las conclusiones preliminares, el avión de Lion Air comenzó el ascenso con un ángulo de ataque correcto, pero los sensores marcaron que su nariz estaba muy elevada, tras lo cual el compensador del estabilizador horizontal respondió bajándola, provocando un descenso brusco que la tripulación ya no pudo controlar.
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