Los restos de un cohete propulsor de la Agencia Espacial Tripulada de China cayeron este sábado a la Tierra de manera descontrolada, tal como habían previsto agencias espaciales como la Nasa. El cohete propulsor fue usado para lanzar el segundo de los tres módulos que China necesita para completar su nueva estación espacial Tiangong. El evento fue criticado por EE. UU.

“Todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información con anticipación”, escribió Bill Nelson, administrador de la NASA, en Twitter, “para permitir predicciones confiables del riesgo potencial de impacto de escombros, especialmente para vehículos pesados, como el Gran Marcha 5B , que conllevan un riesgo significativo de pérdida de vidas y bienes. Hacerlo es fundamental para el uso responsable del espacio y para garantizar la seguridad de las personas aquí en la Tierra”.

Los científicos chinos señalaron en un comunicado que “la mayoría de sus dispositivos fueron ablacionados y destruidos durante el reingreso” y publicó las coordenadas del impacto, en el mar de Sulu, a unas 35 millas (57 kilómetros) de la costa este de la isla Palawan de Filipinas.

Malasia detectó restos de cohetes quemándose en el reingreso. Esta no es la primera vez que este suscita discusión entre China, Estados Unidos y algunos países más en la carrera espacial.

Durante 2020 los restos de otro cohete chino cayeron en Costa de Marfil causando algunos años en infraestructura de ese país pero sin heridos ni muertos.

Tiangong es el proyecto chino de tener una estación espacial. El país asiático estima que contará con más de 20 mini laboratorios con entornos cerrados presurizados, pesará en total unas 70 toneladas y orbitará la Tierra a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros. está diseñada para durar unos 10 años, aunque expertos que cita confían en que con el mantenimiento adecuado pueda aguantar más de 15 años.