Eso, al referirse en su catequesis de este miércoles a las intenciones de oración que se pronuncian durante las misas, como en el caso de los difuntos.

“¿Padre, cuánto tengo que pagar para que se diga mi nombre? Nada. ¿Entendido? Nada. La misa no se paga. La misa es el sacrificio de Cristo que es gratuito”, enfatizó el papa.

Y añadió que los fieles pueden contribuir, si quieren, con un donativo, pero que “nunca se paga”.

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Francisco dedicó la catequesis de este miércoles a las varias fórmulas de plegaria eucarística y pidió que “el Señor nos conceda hacer de nuestra vida una eucaristía, que sea acción de gracias, don de amor y de comunión”.

Afirmó que “la Iglesia católica ha querido que las oraciones se hiciesen en el idioma que la gente entienda, para poder así unirse a la oración del sacerdote”

También explicó que Jesús fue clarísimo cuando dijo “este es mi cuerpo y mi sangre” y por tanto durante la eucaristía “no se debe pensar cosas extrañas. Es la fe”.