En la madrugada de este miércoles, el Zoológico de Oklahoma le dio la bienvenida a una cría de okapi, uno de los mamíferos más exóticos del planeta, el animal vivo más cercano a la jirafa. El animal, que todavía no tiene nombre, es el séptimo de su especie que ha nacido en este zoológico, y la primera cría de una hembra llamada Kayin.

“Estamos encantados con la llegada de la primera cría de Kayin y le damos la bienvenida a esta nueva generación a nuestra familia okapi”, dijo Tracey Dolphin, curadora de animales de pezuña y primates del zoológico de Oklahoma. “Kayin está siendo una madre primeriza muy atenta y demuestra un cuidado materno excepcional. Su nuevo hijo está sano y fuerte, y está cumpliendo con sus hitos, incluida la lactancia y el vínculo con la madre”.

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El equipo de atención veterinaria del zoológico realizó un examen de bienestar en la cría, comprobando su condición corporal general, signos vitales y obteniendo su peso, que registró casi 25 kilogramos.

Los okapi son una especie que fue declarada en peligro por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) en el 2013. Su apariencia es muy particular, ya que tienen una cabeza parecida a la de una jirafa, cuerpo como un caballo y parches con rayas como las de cebra. Son endémicos en la República Democrática del Congo, donde además son una especie protegida desde 1933.

Un taller sobre la conservación del animal hecho en 2013 encontró que, entre 1998 y ese año, la población del okapi había decrecido en más del 50 %. ¿Por qué? La UICN indicó que las amenazas en la República Democrática del Congo, que incluyen la caza ilegal, la pérdida de bosques y la invasión humana, han puesto en serio peligro a los animales.

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El okapi depende por completo de un bosque intacto para su supervivencia, y la deforestación, junto con la caza furtiva y la minería, ha llevado a su declive precipitado y peligroso”, añade el Proyecto de Conservación de okapi en su página web. Hoy en día, se desconoce la población salvaje de estos animales, pero la UICN estima que solo puede ascender a unos pocos miles.

Este Proyecto describe a estos animales como “tanto tímidos y escurridizos como serenos y gentiles, con notables defensas naturales contra la depredación (entre ellas, sus extraordinarias marcas)”. Estas características, dice en la página web, hacen que el okapi sea casi imposible de observar en la naturaleza.