Dos soldados, uno estadounidense y otro británico, y un subcontratista de EE. UU. murieron este miércoles luego de que quince cohetes de tipo Katyusha impactaran al interior de la base militar de Taji, ubicada a unos 30 kilómetros al norte de Bagdad.
La cadena de noticias rusa RT, de igual manera, señaló que “alrededor de una docena de miembros de la coalición internacional (creada para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en 2014) han resultado heridos después del impacto de los misiles”.
A pesar de que la cantidad de proyectiles lanzados fue particularmente alta y que este tipo de atentados Washington se los atribuye a las facciones pro-Irán, el de este miércoles por el momento no se le ha imputado a nadie.
Después de la muerte de un contratista estadounidense en un ataque con cohetes contra una base militar iraquí en Kirkuk, aumentaron las tensiones entre Washington y Teherán, lo que provocó el asesinato del poderoso general iraní Qasem Soleimani.
Debido a esto, los ataques con proyectiles en contra de la Zona Verde de la capital iraquí y bases militares con presencia de tropas estadounidense se registran casi a diario, aunque habían disminuido en las últimas semanas.
El parlamento iraquí recientemente votó a favor de que 5.200 soldados estadounidenses abandonen el país, decisión que aún no ha sido aplicada por el gobierno.
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