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Durante la visita del presidente francés Emmanuel Macron a México este 7 de noviembre, se espera que su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, discuta el delicado tema de la restitución de dos códices prehispánicos. Desde 2024, representantes de la comunidad Ñahñu en México vienen exigiendo oficialmente su regreso.
Con la corresponsal de RFI en Ciudad de México, Gwendolina Duval
Este viernes, el presidente Emmanuel Macron y su homóloga mexicana discutirán la cooperación económica en Ciudad de México, pero no solo. Claudia Sheinbaum pretende poner sobre la mesa, con motivo de este encuentro, un tema importante para sus compatriotas.
Desde hace mucho tiempo, México ha estado exigiendo la devolución de su patrimonio disperso durante la colonización española. El Códice Borbónico, ahora en el Palacio Borbón, llegó a Europa a través de España. Luego, fue robado antes de ser comprado por la biblioteca de la Asamblea Nacional francesa.
Considerado un tesoro nacional, está prohibida su salida del territorio. Pero para la presidenta mexicana, “ése en nuestro principal interés: la repatriación de estos códices, que son muy importantes para México”. Además del Códice Borbónico, espera recuperar el Códice Azcatitlán, conservado en la Biblioteca Nacional de Francia.
“Una justicia que necesitamos como pueblos originarios”
Se dice que estos documentos provienen del valle de Mezquital. Para la activista indígena Emilia Mendoza, su restitución es necesaria para recuperar la identidad de su comunidad y preservar sus tradiciones: “En el Tonalá, que ustedes llaman Borbónico, se describe en una de sus láminas una de las actividades que nosotros dentro de nuestras comunidades seguimos manteniendo: lo del encendido del fuego y de los hachones. Es lo que se transmite de forma oral. Nos dicen que no tenemos documentos que realmente hablen acerca de dónde venimos y por qué estamos aquí”, explica.
La restitución también sería una forma de restaurar el orgullo indígena, mientras los pueblos otomíes o ñahñu siguen siendo a menudo víctimas de discriminación. “Es parte de una justicia que necesitamos como pueblos originarios en este intento de borrado por lo que fue la colonia. Si Francia puede ser partícipe de esta justicia social, pues va a ser histórico”, recalca Mendoza.
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