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Kilmar Ábrego García, símbolo de la política antimigratoria de Donald Trump, vuelve a ser el foco de tensión entre los poderes judiciales de Estados Unidos.
Ábrego, que fue deportado injustamente a su país natal, El Salvador, el pasado marzo por las autoridades estadounidenses, fue liberado el jueves 11 de diciembre de una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) luego de que la jueza de distrito, Paula Xinis, ordenara su liberación temporal.
Un día después, este 12 de diciembre, Xins bloqueó un esfuerzo para que el salvadoreño volviera a estar bajo custodia del ICE. Esto, ya que después del fallo inicial del jueves, un juez de inmigración emitió una nueva orden que obligaba a Ábrego a presentarse ante las instalaciones del servicio migratorio de Estados Unidos antes de las 8:00 a.m de este viernes mismo viernes.
En respuesta, los abogados del migrante solicitaron a la jueza que emitiera una orden de restricción temporal para bloquear la nueva orden de detención migratoria, a la que Xinis accedió este viernes por la mañana, impidiendo que las autoridades de inmigración vuelvan a detener a Ábrego.
“Para que el público tenga alguna confianza en la administración ordenada de justicia, el remedio tan estricto del tribunal no puede ser revocado tan rápida y fácilmente sin mayor información y consideración”, explicó Xinis.
Dicho eso, la jueza dejó claro que las autoridades no pueden volver a detenerlo hasta que el Tribunal celebre una audiencia sobre la moción de la orden de restricción temporal.
Antes de que se conociera la decisión de Xinis de este viernes, Ábrego se presentó a la cita que estaba programada para hoy en una de las oficinas de campo del ICE, aproximadamente 14 horas después de salir del centro de detención de inmigrantes de Pensilvania.
Dirigiéndose a la multitud que lo acompañó hoy, el salvadoreño instó a sus simpatizantes a “mantenerse firmes” contra lo que describió como injusticias cometidas por el Gobierno de Estados Unidos.
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Ábrego García defiende que él es “un hombre libre”
A través de un traductor, el migrante deportado injustamente subrayó: “me presento ante ustedes como un hombre libre y quiero que me recuerden así, con la frente en alto”
Añadió que se mantiene “con mucha esperanza”, al tiempo que agradeció que Dios junto a su familia han estado con él “desde el principio”.
No obstante, su abogado, Simon Sandoval-Moshenberg, dijo que la batalla legal no ha terminado, justo después de anunciarle a la multitud que su cliente volvería a salir por las puertas de la oficina del ICE.
“La orden de ayer del juez Xinis y ahora la orden de restricción temporal de esta mañana representan una victoria de la ley sobre el poder”, subrayó Sandoval-Moshenberg.
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La disputa por la libertad de Ábrego
Kilmar Ábrego García fue deportado en marzo junto con más de 200 migrantes a El Salvador y encarcelado en la prisión de máxima seguridad Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), a pesar de que un juez estadounidense había prohibido su expuslsión.
Es un trabajador metalúrgico que entró a Estados Unidos sin permiso y que vivía en Maryland con su esposa, su hijo y dos hijos de ella, cuando fue arrestado.
Luego de un enfrentamiento legal con la Administración republicana, que lo acusa de ser un pandillero y de haber participado en el tráfico de personas, Ábrego fue devuelto en junio a suelo estadounidense para enfrentar cargos federales.
El salvadoreño permanecía bajo custodia del ICE en Pensilvania hasta este jueves, cuando Xinis ordenó su liberación, a pesar de que sigue sujeto a la libertad provisional impuesta por un juez de Tennessee, a la espera de que se celebre un juicio por supuesto tráfico de personas.
Mientras, el Gobierno Trump busca la manera de deportarlo a un tercer país africano con el que no tiene ningún vínculo.
Su caso se ha convertido en un símbolo de la agresiva ofensiva antiinmigración del presidente estadounidense, con sus funcionarios retratando a Ábrego como un peligro para la seguridad pública y críticos de esta cruzada acusando al oficialismo de pisotear los derechos legales en su intento de deportar a millones de personas que viven de manera irregular en Estados Unidos.
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Con Reuters, AP y EFE
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