El gerente de la tienda que le vendió el cigarrillo al joven aseguró a CBS 11 que llamó a una ambulancia tan pronto se percató de que algo le estaba pasando a William. Cuando este llegó al hospital, los médicos descubrieron que tenía un corte en una de las 2 arterias carótidas (principal suministro de sangre para el cerebro).

Star-Telegram indicó que esa ruptura fue provocada por los fragmentos de cigarrillo que le quedaron a William en su garganta, luego de la explosión del dispositivo.

Ese medio también señaló que si bien el joven no era fumador, quiso probar el cigarrillo porque tenía asma y unas personas le habían dicho que eso podría ayudarlo a controlar los síntomas de la enfermedad.

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El joven murió 2 días después de lo ocurrido, en el hospital John Peter Smith. En entrevista con CBS 11, la abuela de la víctima acusó a ese establecimiento de negligencia médica, pues, según ella, los médicos le hicieron radiografías a su nieto y sabían de las partículas de cigarrillo, pero en vez de operarlo, solo lo indujeron a un coma.

A través de un comunicado, conocido por ese medio, el hospital señaló que “debido a las leyes de privacidad”, no podía discutir detalles del caso; aún así, afirmó que tomaría “en serio las preocupaciones de la familia” de William y que revisarían “todo lo que ocurrió”.

El mismo portal indicó que ya hay una investigación en curso y que al parecer el accidente se registró por una falla en la batería del cigarrillo electrónico.