A lo largo de los 320 kilómetros de carretera que separan Blantyre y Lilongwe, en Malaui (sur de África), los pobladores cazan ratones para sobrevivir, pues la carne es incomprable para estas personas de escasos recursos económicos, indica el portal News 18, que recuerda que cuando no hay hambruna, la brocheta de ratón es un pasabocas popular.

Con el coronavirus, este país sin salida al mar se ha visto especialmente afectado, además de que la mitad de la población (16,5 millones de habitantes en total, según Wikipedia) vive por debajo de la línea de pobreza.

“Cazamos al ratón para vivir. Lo utilizamos como complemento de nuestra dieta diaria y lo vendemos a los viajeros para conseguir  ingresos”, explica el agricultor, citado por la agencia AFP. “Ya era difícil antes del coronavirus, ahora se ha vuelto mucho más difícil”.

Como en el resto del continente, las medidas sanitarias adoptadas para frenar la propagación del coronavirus afectaron duramente a su economía, ampliamente informal y rural, así como a su población.

Según cifras de la Universidad Johns Hopkins, este país registra 5.614 casos de coronavirus, que han dejado 175 fallecidos.

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AFP reporta que una organización patronal local (ECAM) documentó que se destruían 1.500 empleos por día y estima que esta cifra acumulada podría llegar a los 680.000 a finales de año.

Comer ratón es tradición

Asados en una brocheta y salados, los ratones se consumen tradicionalmente entre horas en los pueblos del centro del país.

“Cuando era niño, nos enseñaban a cazar ratones a partir de los 3 años”, recuerda el exdiputado y músico de éxito Lucius Banda. “En el pueblo, esta actividad no es considerada como una obligación sino como un entretenimiento, tanto para niños como para niñas”.

La variedad de roedor más popular en la zona es gris, de cola corta, y conocida entre los amantes de la gastronomía con el nombre de “kapuku”.

“Sigo comiendo [ratones], más como recuerdo de mi infancia que otra cosa”, dice Luciius Banda.

Desde hace unos meses, las autoridades sanitarias recomiendan el consumo de ratón, una alternativa a la carne que se ha vuelto inaccesible. “Es una valiosa fuente de proteínas”, sostiene Sylvester Kathumba, nutricionista jefe del ministerio de Salud.

En China, donde el consumo de roedores es generalizado, sucedió lo contrario y es que por el coronavirus los criaderos de ratas para consumo humano se fueron a la quiebra.