La familia Taylor, oriunda de Alcester, Warwickshire (Inglaterra), llegó, en esa ocasión, temprano al aeropuerto internacional de Mahón porque querían irse juntos, relata Daily Mail.

Estaban contentos porque les habían asignado los puestos seguidos (41 D, E y F), pero cuando abordaron el avión se encontraron con la triste sorpresa de que no existían y solo había espacio, en lugar de asientos, explica el diario británico.

Todos nos miramos el uno al otro cómo para decir dónde están nuestros asientos. ¡No hay asientos donde deberían estar los nuestros!”, dijo Paula Taylor, de 44 años, al programa Rip-Off Britain, de BBC One.

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“Cuando alertamos sobre el problema, los miembros de la tripulación verificaron los pases de abordar, esperando resolver el problema. Pero después de que todos los demás pasajeros se habían sentado, solo quedaba un puesto vacío en el avión”, añadió la madre de la familia.

La solución que encontraron los asistentes de vuelo, para despegar y aterrizar, fue que Brooke, de 10 años, se sentara en el último puesto, mientras sus padres, Paula e Ian, se acomodaran en 2 asientos de repuesto, metidos en el área de la tripulación, detalla Daily Mail.

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Cuando el avión ya estuvo en el aire, la familia Taylor se devolvió a sus “lugares” y ahí compartieron comida y hablaron durante el trayecto. Todos concluyeron que es una experiencia que no quieren volver a tener, indica el rotativo británico.

La Autoridad de Aviación Civil, al enterarse de lo sucedido, se expresó y explicó que por ningún motivo se permite que los pasajeros se queden sin asiento en cualquier etapa del vuelo. Además, se pusieron en contacto con la aerolínea alemana para pedir la explicación respectiva y proceder con la investigación, explica el mismo medio.

TIU ofreció un reembolso completo por las 1.300 Libras (Más de 5 millones 200 mil pesos colombianos) que costaron los vuelos vuelos de la familia. Además, explicaron que un cambió de avión de última hora fue lo que generó el inconveniente, finaliza Daily Mail.