“El paciente sufre de una enfermedad mental desde los 10 años y hace dos años dejó de tomar los medicamentos”, indicó Dawit Teare, un cirujano del hospital St. Peters de Addis Abeba, la capital del país africano.

“Probablemente por esa razón comenzó a consumir esos objetos”, agregó.

Además de los 112 clavos de 10 cm de largo, los médicos extrajeron cuatro chinchetas, dos agujas, un mondadientes y varios pedazos de vidrio, explicó Teare, que precisó que por suerte esos objetos no lo lastimaron, lo que podría haber provocado su muerte.

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“Imagino que consumió esos objetos tomando agua”, agregó el cirujano que señaló que ya había operado a pacientes con problemas síquicos que habían consumido objetos cortantes, pero nunca en esta cantidad.