De acuerdo al diario local Sun Sentinel, la fiscalía dijo en la corte que Santiago había estado visitando “la web oscura” para comunicarse con yihadistas y miembros o simpatizantes del grupo Estado Islámico.

Santiago, que dejó cinco muertos y seis heridos en el ataque del 6 de enero, compareció ante la jueza federal Jurana Snow en un tribunal de Fort Lauderdale, esposado y con el mameluco rojo de los prisioneros de alta seguridad.

Cerca de mediodía del viernes 6, el exmilitar estadounidense de 26 años inició un tiroteo en la terminal 2 del área de recogida de equipajes del aeropuerto de Fort Lauderdale, 50 Km al norte de Miami. Luego se entregó pacíficamente a la policía.

En sus primeros interrogatorios, Santiago les dijo a los investigadores que había planeado el ataque al comprar un boleto sólo de ida desde Anchorage, Alaska (donde vivía), hasta Fort Lauderdale.

El fiscal Ricardo Del Toro añadió que, “en varios momentos, (Santiago) dijo que llevó a cabo el ataque porque el gobierno le controlaba la mente”, citó el Sun Sentinel. “Pero luego dijo que lo había hecho por ISIS (…), tras participar en grupos de chat yihadistas”.

El pasado 7 de noviembre -mes en que quedó desempleado de una firma de seguridad en la que trabajaba-, Esteban Santiago acudió a una oficina del FBI en Anchorage, donde dijo que la CIA controlaba su mente al obligarlo a mirar videos del mencionado grupo yihadista.

Esta “conducta errática” llevó a los agentes a enviarlo a una instalación médica para un examen de su estado mental, dijo la semana pasada el agente del FBI George Piro.

El lunes 30 de enero será inculpado formalmente de emprender un acto de violencia en un aeropuerto,  así como de usar y llevar un arma en un crimen de violencia y de matar a cinco personas con armas de fuego. En caso de ser hallado culpable, puede ser condenado a muerte.

Exmiembro de la Guardia Nacional en Puerto Rico y Alaska, Santiago sirvió en Irak entre abril de 2010 y febrero de 2011. Terminó sus funciones militares en agosto.

Ahora está confinado en solitario en la prisión del condado de Broward bajo supervisión por riesgo de suicidio.

Con AFP