El río Colorado, uno de los principales afluentes de Estados Unidos, se está secando. La grave situación que se ha presentado en el país tras un intenso verano ha disminuido su caudal. Las autoridades han encendido las alarmas y han empezado a poner restricciones a las poblaciones que dependen del agua del río. 

Fotos: AFPPATRICK T. FALLON

La sequía ha sido tan intensa que, en esta ocasión, ha dejado al descubierto barcos que se habían hundido. También ha revelado cadáveres que, posiblemente, lleven décadas sumergidos.

Según la Agencia Federal de Recuperación, la situación es tan grave que en 2023 también se reducirá el nivel de las represas Glen Canyon y Hoover.

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Arizona, Nevada y México son algunos de los puntos que tendrán, de ahora en adelante, restricciones en el volumen del agua. Semanas atrás habían instado a sus gobernadores a llegar a un acuerdo, pero fue imposible. El Gobierno federal tuvo, al final, que internevir y tomar medidas.

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El río Colorado tiene una longitud de 2.333 kilómetros y pasa por los estados de Colorado, Utah, Arizona, Nevada y California, en Estados Unidos, y por Baja California y Sonora, en México.

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“El empeoramiento de la crisis de la sequía que afecta a la cuenca del río Colorado se debe a los efectos del cambio climático, como el calor extremo y las escasas precipitaciones”, dijo el subsecretario de Interior, Tommy Beaudreau, al diario El País.

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“A su vez, las graves condiciones de sequía agravan el riesgo de incendios forestales y la alteración de los ecosistemas, lo que aumenta la tensión en las comunidades y nuestros paisajes”, agregó Beaudreau.