La Casa Blanca aseguró que presentará un plan de “seis puntas”. Un punto clave será la vacunación obligatoria para todos los empleados y contratistas federales, dijo a la AFP una fuente familiarizada con la estrategia, que habló bajo condición de anonimato. Actualmente, los trabajadores del gobierno deben vacunarse o someterse a pruebas periódicas.

“El presidente firmó una orden ejecutiva para llevar esas acciones un paso más allá y exigir que todos los trabajadores del poder Ejecutivo federal se vacunen”, dijo la fuente.

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La secretaria de prensa de Biden, Jen Psaki, dijo el jueves a la cadena CNN que el presidente presionará para aumentar las vacunas y las pruebas, aunque tiene poderes limitados y no hay ningún plan para implementar algo como un pasaporte nacional de vacunación.

“Eso significa reducir las hospitalizaciones. Eso significa poner en marcha más requisitos de pruebas y poner en marcha más protecciones en forma de refuerzos para asegurarse de que la gente tenga un nivel de protección aún mayor”, explicó.

El éxito inicial del gobierno en el despliegue de las vacunas y en la promoción del uso de mascarilla impulsó al demócrata Biden luego de su toma de posesión.

Luego de liderar el índice mundial de muertes por coronavirus bajo el mandato del expresidente republicano Donald Trump, Estados Unidos se convirtió en un modelo de cómo vencer la pandemia.

El 4 de julio, Biden incluso organizó una gran parrillada en la Casa Blanca para celebrar el Día de la Independencia estadounidense y el fin del confinamiento.

La aparición de la variante Delta del virus, “sumamente contagiosa” según la OMS, durante el verano boreal, hizo que los casos volvieran a niveles de crisis, con los hospitales de algunos estados nuevamente desbordados de enfermos y moribundos.