Y es sorpresivo, porque habitualmente quienes salen del país huyendo del régimen de Nicolás Maduro y no tienen mucho dinero, suelen buscar refugio en el vecindario: varias ciudades de Colombia, Brasil, Ecuador y Perú se han convertido en hogar de miles de venezolanos que llegan con urgentes necesidades.

Pero otros, también con mucha necesidad, se van a España. La sorpresa de llegar allí no es tanto porque trasladarse a Europa exige una mayor cantidad de dinero, sino porque para comprar un tiquete hay que esforzarse muchísimo.

Tomás Páez, sociólogo impulsor del Observatorio de la Diáspora Venezolana, dice, citado por El País:

“Para comprar los pasajes de avión con mi sueldo de profesor universitario en Venezuela, necesitaría ahorrar 20 años”.

Páez dice que muchas personas logran llegar a España desde Venezuela gracias a remesas que les envían desde el exterior y con el dinero que, con las uñas, logran conseguir en su país para completar el costo total de una compra que, naturalmente, muy pocos pueden hacer.

“Vienen sin nada, como mucho 300 euritos (poco más de un millón de pesos colombianos) para ver cómo salen para adelante”, agregó el sociólogo.

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Según datos del Instituto Nacional de Estadística la cantidad de personas procedentes de Venezuela se ha disparado en España en un 80 % en cuestión de 2 años. Eso sin contar a quienes están fuera de los registros porque no han hecho una petición formal de residencia. Según fuentes, esa cifra también es muy alta, dice ABC.

Por supuesto, la cantidad de venezolanos que llega a España es mínima comparada con la que ha llegado a Colombia, Brasil, Perú y Ecuador, especialmente. Esa crisis que puede significar el éxodo en estos países de la región, sin embargo, puede ser visto como una oportunidad si se mira como lo hizo el diario La República en un editorial:

“Hay que mirar la historia para aprender que los migrantes benefician las economías a las que llegan por oleadas”.