“Quiero felicitar a la familia de Arkadi Babchenko y al propio Arkadi Babchenko en su tercer ‘nacimiento’”, dijo el jefe del servicio de seguridad ucraniano, Vasyl Grytsak, que explicó que todo se trató de un escenificación de la muerte del reportero, como parte de una operación especial para salvarle la vida y que quien intentaba matarlo ya fue arrestado, destaca Independent.

Babchenko fue objeto de otros 2 intentos de asesinato previos, según Kiev.

En la falsa muerte, se hizo ver como si 3 balas por la espalda hubieran acabado con la vida del comunicador, que además es soldado, escritor, corresponsal de guerra y periodista opositor que había decidido exiliarse en Kiev, porque en Rusia se sentía amenazado por criticar la política belicosa del Kremlin.

El artículo continúa abajo

Babchenko, de 41 años, sabía que estaba en peligro. Al abandonar Rusia en febrero de 2017 denunció una “campaña espantosa” de “acoso” en su contra, luego de una publicación en las redes sociales sobre la caída de un avión militar ruso que se dirigía a Siria a fines de 2016.

Primero estuvo en República Checa, luego en Israel y finalmente se instaló en Kiev, al igual que otros críticos del presidente Vladimir Putin. El periodista, reconocible por su calvicie, barba de 3 días y su frecuente sonrisa en las fotos, dice haber recibido “miles” de amenazas.

“Totalmente directo, totalmente honesto. Un verdadero artista, un escritor para el cual era más importante posicionarse que describir simplemente lo que ocurría”, evoca en un editorial la dirección del diario de oposición ruso Novaia Gazeta, con el cual Babchenko había colaborado.

En Rusia, Babchenko se hizo conocer primero por sus crudos relatos de las dos sangrientas guerras de Chechenia, en las que participó como soldado conscripto a los 18 años en la primera y como voluntario en la segunda.

En un libro publicado en Francia con el título ‘El color de la guerra’, cuenta sin ambages su experiencia en los conflictos: la violencia, las atrocidades, el alcoholismo, el hambre, la corrupción.

Tras dejar el ejército, y con un título en Derecho internacional en la mano, comenzó a trabajar como corresponsal de guerra para medios rusos, entre ellos el prestigioso diario Novaia Gazeta, para el que cubre el breve conflicto con Georgia en 2008.