Santi, como llaman al bebé de cariño, llegó al centro médico a los 20 días de nacido con un problema neurológico y con malformaciones en sus manos y pies. Tiempo después sufrió una infección y quedó internado en terapia intensiva, publica el medio argentino Todo Noticias (TN).

Para ese tiempo, el enfermero Matías Devincenzi estaba de vacaciones y cuando regresó a su trabajo tuvo que cuidar al pequeño Santi. Expone que desde el principio sintió una conexión especial y, al conocer su abandono, le susurró que si abría los ojos, se iba a hacer cargo de él, señala el mismo canal de Argentina.

“Los abrió y yo sentí que era una señal. Inmediatamente, asumí como su papá y comencé a averiguar sobre la adopción”, dijo a ese medio.

Devincenzi hizo el registro en el ente de adopciones, hizo todo el proceso con entrevistas e hizo todas las averiguaciones para que Santino fuera su hijo legalmente. Mientras tanto, el bebé seguía internado en el área de neonatología del hospital, explica TN.

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El enfermero relató a ese medio que estuvieron separados, pero que, afortunadamente, se reencontraron el 6 de noviembre de 2017, cuando, gracias a su recuperación, lo pasaron a una sala de bebés.

“A los 29 años lo adopté. Nunca había pensado en ser padre, estaba soltero, pero durante todo el proceso siempre estuve confiado en que nos iban a permitir estar juntos como familia”, añadió Devincenzi.

El argentino detalló, además, que cuando logró llevarlo a su casa, Santi tenía 7 meses y un retraso madurativo de 5. “Casi no se podía mover y no podía gatear”. Sin embargo, lo metió en terapias de estimulación temprana y logró que el menor tuviera una vida normal.

Ahora están muy bien y viven como una familia feliz. “Santi está muy bien. Es un niño como cualquier otro. El 20 de febrero cumplió dos años. Se ríe, juega y comparte la vida con sus abuelos y tíos que nos acompañan y me ayudan con el cuidado de él. Por supuesto una de las primeras palabras que dijo fue papá”, finalizó Devincenzi, a Todo Noticias.