Con todas las actas de votación contabilizadas, Castillo obtuvo 8’835.579 votos, con una ventaja de 44.058 sobre Keiko Fujimori, que logró  8’791.521 sufragios.

La segunda vuelta, celebrada el pasado 6 de junio convocó a más de 25 millones de peruanos, de los cuales 18,8 millones (74,5 %) emitieron su voto en el país y en el extranjero, en unas elecciones en donde ha reinado la incertidumbre.

Además de los 17,6 millones de votos válidos, hubo más de un millón de votos nulos, que corresponden al 5,8 % del total de emitidos, y 121.477 votos en blanco, que representan 0,64 %, de acuerdo al reporte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe).

También, de un total de 86.488 actas procesadas por la Onpe, 221 fueron anuladas por resolución y seis corresponden a mesas de votación que no se llegaron a instalar, elementos que han sumado a la desconfianza en el escrutinio.

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Sin embargo, Castillo aún no se puede proclamar como ganador, pues el partido fujimorista Fuerza Popular ha pedido la anulación de 200.000 votos aproximadamente por presuntas irregularidades atribuidas a un fraude en mesa.

De hecho, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), máximo órgano electoral en el país vecino, está deliberando sobre las actas cuestionadas, que en su mayoría han sido desestimadas por haber sido presentadas fuera de plazo o sin sustento de fondo.

De hecho, Castillo no ha cantado victoria aún, pese a que líderes de izquierda lo han felicitado, ya que hasta que el JNE revise las impugnaciones de Fujimori no hay nada definido.