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Los australianos votan en las elecciones federales del sábado 3 de mayo. Según los sondeos, es probable que el Gobierno laborista mantenga el poder. Sin embargo, los votantes no están necesariamente encantados con la trayectoria del primer ministro Anthony Albanese. Para muchos, parece ser mejor opción que el líder del Partido Conservador, cuyos préstamos de la retórica trumpista parecen haber desanimado más que seducido.
Este año, más del 40% de los australianos votaron por adelantado antes del día de las elecciones. A pesar de ello, esta mañana había colas ante los colegios electorales, informa nuestro corresponsal en Sídney, Gregory Plesse. Los colegios electorales abrieron a las 8h00 (22h00 GMT del viernes) y permanecerán abiertos hasta las 18h00 (hora local) en las distintas zonas horarias del continente. En Sídney, estarán abiertas desde las 22h00 GMT del viernes hasta las 8h00 GMT del sábado.
El objetivo del sondeo es elegir a los 150 miembros de la próxima legislatura de la Cámara Baja y renovar alrededor de la mitad del Senado. Para ello, se pide a los australianos que elijan entre los bandos de dos viejos conocidos de la política nacional: el primer ministro de centro-izquierda, Anthony Albanese, y su oponente conservador, Peter Sutton.
Poco probable hace tan solo unos meses, el primer ministro saliente Albanese se perfila como ganador. La campaña electoral se vio convulsionada desde el principio por la ofensiva comercial del presidente estadounidense, Donald Trump: Australia, aliada de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, está sujeta a aranceles estadounidenses del 10% sobre gran parte de sus productos. Los votantes están preocupados por la economía, ya que muchos hogares australianos tienen dificultades para hacer frente a la subida de los precios de la leche, el pan, la electricidad y la gasolina.
Anthony Albanese ha prometido desarrollar las energías renovables, atajar la crisis de la vivienda y aumentar la financiación del sistema sanitario. “En las encuestas hay muchos votantes indecisos. Tenemos que mover montañas”, admitió el viernes, en vísperas de las elecciones.
Peter Dutton, líder del Partido Liberal, pronosticó “muchas sorpresas, escaño tras escaño”, asegurando que no había “conocido a un solo australiano durante esta campaña que dijera estar mejor” que en 2022, cuando se celebraron las últimas elecciones generales. El ex agente antidroga, de 54 años, afirma que quiere reducir la inmigración, hacer frente a la delincuencia y acabar con la prohibición de la energía nuclear civil en el país.
Los laboristas, mejor opción para muchos australianos
En el centro de Sídney, la mayoría de los votantes encuestados no están del todo satisfechos con el primer ministro y las políticas que ha aplicado en los últimos tres años. Como Peter, muchos ven a los laboristas como mejor opción que los conservadores. “No creo que hayan hecho lo suficiente en temas como el medio ambiente y la minería”, afirma, “pero su política en estos temas sigue siendo mucho más ambiciosa que la que propone la oposición”.
Peter Dutton, el líder conservador, no hizo muy buena campaña. Algunas encuestas indican que el apoyo a los conservadores ha disminuido como consecuencia de las políticas de Donald Trump, descrito por Peter Dutton a principios de año como un “gran pensador”.
Una estrategia que muchos australianos consideran espanta votos, dado que, según una encuesta reciente, Donald Trump es visto como una amenaza mayor para la paz mundial que Xi Jinping o Vladimir Putin.
Para Siro, Peter Dutton sólo puede culparse a sí mismo. “Pensó que era una buena estrategia subirse a la ola de Trump hasta la victoria. Pero al final le salió el tiro por la culata”, explica.
Queda por ver si los laboristas ganarán las elecciones con mayoría absoluta o con mayoría relativa, en cuyo caso tendrán que aliarse a otros partidos.
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