“Queremos ser productivos, queremos ser útiles”, dijo Tillerson en el programa de CBS ‘Frente a la nación’.

Las declaraciones del secretario de Estado parecieron no generar una contradicción con la decisión de Trump de retirar a su país del acuerdo en junio, medida que fue ampliamente criticada luego de que el pacto fuera respaldado por cerca de 200 países en diciembre de 2015.

Pero Tillerson pareció dar una señal de cierto ablandamiento de la postura de Trump, que había remarcado que el pacto de París había afectado la soberanía estadounidense e injustamente favorecido a países como China e India.

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Cuando funcionarios de medio ambiente de la Unión Europea sugirieron este fin de semana que Estados Unidos podría estar listo para permanecer en el pacto, la Casa Blanca dijo que su posición no había cambiado y que solo se modificaría si se lograban más condiciones “favorables” a sus intereses.

Tillerson sostuvo que el asesor jefe de economía de Trump, Gary Cohn, estaba estudiando maneras de que Estados Unidos pueda cooperar con otros países sobre lo que, dijo, “sigue siendo un problema desafiante”.

Esos comentarios se producen días antes de que los líderes mundiales se den cita en Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que el cambio climático será uno de los temas dominantes.

También llega tras dos devastadores huracanes que afectaron en las semanas pasadas distintas zonas de Estados Unidos, de una fuerza inusitada, precisamente en razón, según científicos, del cambio climático, por el calentamiento de las aguas.

El asesor en Seguridad Nacional, H.R. McMaster, señaló en ABC que Trump había “dejado la puerta abierta para volver a entrar (en el pacto) en algún momento más adelante si puede haber un mejor trato para los Estados Unidos”.

Agregó que, “por supuesto”, Washington “está abierto a toda discusión que ayude a mejorar el medio ambiente”.

Con AFP