Jobs engendró a su hija a sus 23 años, y aunque había una prueba de ADN de por medio, el fundador de Apple nunca la reconoció y menos le dio algún tipo de apoyo financiero, a pesar de la fortuna que construyó y amasó hasta el momento de su muerte. Por eso, Lisa tuvo que vivir mucho tiempo valiéndose, entre otras cosas, de ayudas sociales, relata The New York Times.

Anécdotas como esa son las que recuerda Lisa en su nuevo libro titulado ‘Small Fry’ y que, a la vista de cualquier mortal, no son el reflejo del amor que un hijo podría esperar de un padre. A pesar de eso, la mujer, hoy de 40 años, mira hacia atrás sin rencores y con ánimo de comprensión. Ese sentimiento fue, precisamente, el que le permitió perdonar.

Una de esas anécdotas ocurrió cuando Jobs le dijo a su hija que el computador Apple Lisa no tenía ese nombre en honor a ella. Eso le enseñó a “no sumarse al éxito de otros”, dice hoy ella.

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Otra vez, Jobs la obligó a verlo mientras besaba y tocaba los senos y muslos de su esposa (la madrastra de Lisa), Powell Jobs, con el argumento de que era “un momento familiar”. La niña apenas tenía 9 años de edad.

Ni siquiera en sus últimos días, antes de morir de cáncer, Jobs fue un hombre cariñoso. Ya moribundo, le dijo a su hija que “apestaba como a caño”. Pese a lo cruel del comentario, Lisa dice que su padre solo pretendía ser honesto, porque la fragancia que ella se había aplicado, en efecto, había caducado.

Ahora, Lisa tiene un hijo de 4 meses con su esposo, Bill, e inevitablemente tenía que hablar de la actitud de él como padre, y el abismo de diferencia que hay en comparación con Jobs:

“Veo a mi esposo y cómo es con sus hijas: pendiente y sensible y vivaz, como le hubiera gustado ser a mi padre. […] A mi padre le hubiera encantado ser un hombre así y se rodeó se hombres así, pero él no pudo serlo”.

Los relatos de Lisa propiciaron un comunicado conjunto de Powell Jobs, sus hijos y Mona Simpson (hermana biológica del fundador de Apple) en el que aseguraban que Jobs la “amaba” y que se arrepentía de no haber sido el padre que debió ser durante su niñez.

“Lisa es parte de nuestra familia, por lo que nos dio tristeza leer su libro, ya que difiere de manera dramática de nuestras memorias de esos tiempos”, dijeron.

Es claro que el objetivo de la hija menos querida de Jobs es absolver a su padre con una actitud justificadora sorprendente que logra superar el dolor de la ausencia y el rechazo paternos. Sin embargo, no parece que el resto del planeta lo pueda tomar de la misma manera ahora que se saben nuevos detalles de la personalidad complicada y a lo mejor poco humana de quien, para muchos, es un héroe fuera de serie.