Pedro Sánchez, el líder del Partido Socialista y candidato para remplazar al conservador Rajoy, debe tomar la palabra a media mañana para exponer su plan de gobierno.

Los socialistas, principal partido de oposición, presentaron la moción el viernes pasado luego de conocerse la sentencia del llamado caso Gurtel, una trama de corrupción en la que una serie de empresas sobornaron a responsables del Partido Popular (PP) de Rajoy para obtener contratos públicos entre 1999 y 2005.

La condena judicial condenó al PP a pagar una multa como “partícipe a título lucrativo” de la trama y puso en duda la credibilidad de la declaración de Rajoy, quien dijo ignorar las finanzas del partido pese a haber ocupado cargos directivos por tres décadas.

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“Una vez conocida la sentencia del caso Gurtel ya no hay suposiciones, sino certezas: la certeza jurídica de que Gurtel era el PP y el PP era Gurtel”, fustigó José Luis Ábalos, el secretario de organización del PSOE, primero en tomar la palabra para presentar la moción de censura.

Eso “afecta gravemente la credibilidad de la presidencia y del gobierno y la propia dignidad de nuestra democracia”, clamó Ábalos

La prensa y los analistas españoles habían dado a principios de semana pocos chances a esta moción, pero el viento parece haber cambiado de dirección y el diario El Mundo habló este jueves en su editorial de “la primera moción de censura de la democracia con visos de prosperar”.

Además de los 84 votos de su partido, Sánchez contaría con el apoyo de la izquierda radical de Podemos y el probable respaldo de varios partidos regionalistas, entre ellos independentistas catalanes, para alcanzar los 175 votos, uno menos de los 176 necesarios para aprobar la moción.

Así, la suerte de Rajoy estará en manos de los nacionalistas vascos del PNV (5 votos), que dijeron que esperarán hasta escuchar a Sánchez, con cuyo partido gobiernan el País Vasco, para definir su posición.

El partido liberal Ciudadanos (32 diputados) rehúsa hasta los momentos apoyar a los socialistas y exige elecciones anticipadas inmediatas, en momentos en que tiene el viento a favor según encuestas.

Si la moción tiene éxito, Rajoy será automáticamente destituido y Sánchez investido como jefe de gobierno.

Por el contrario, Rajoy, que ha negado cualquier posibilidad de dimitir antes del voto, logra evitar su censura, saldría de este proceso de todas maneras debilitado.