El Hospital Metodista de Houston había dado a su personal hasta el 7 de junio para vacunarse contra el coronavirus, al menos con una primera dosis, so pena de una suspensión de dos semanas sin sueldo y posterior despido, según una circular de ese centro asistencial.

La portavoz del hospital Gale Smith dijo a la AFP este martes que 153 empleados “renunciaron durante el periodo de suspensión de dos semanas o fueron hoy despedidos“.

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Algunos empleados presentaron una demanda contra el hospital al considerar ilegal la obligación de inocularse, pues las autoridades sanitarias de Estados Unidos solo dieron una aprobación de uso de emergencia a las vacunas.

Pero la jueza Lynn Hughes desestimó la querella al considerar que la seguridad de la vacuna no estaba en duda.

También rechazó la argumentación de la demandante Jennifer Bridges, que comparó la amenaza de despido si se negaba a vacunarse con los “experimentos médicos forzados durante el Holocausto”.

“Decidí no vacunarme porque los riesgos para mí son demasiado grandes. Personalmente he visto efectos secundarios en empleados y pacientes. Dolores de cabeza, coágulos de sangre, parálisis e incluso la muerte”, dijo.