En 3 de los 5 fines de semana que han pasado desde su posesión, Trump ha estado en Mar-A-Lago, su residencia en Florida, a la que llama “Casa Blanca de Invierno” o “Casa Blanca Sureña”. Cada uno de esos paseos han costado al menos U$ 3 millones, informa Independent. Esa cifra, por supuesto, no sale del bolsillo del presidente, sino de los impuestos.

Business Insider proporciona un dato que se suma a esa cifra: en la visita que hizo Trump a Florida en compañía del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el servicio secreto invirtió al menos U$ 12 mil en tiendas de campaña, baños portátiles, torres de luz y carritos de golf. Gastos similares seguramente no faltan en otros viajes.

Desde la Casa Blanca no han salido comentarios sobre las costosas visitas del presidente a su residencia en la Florida, y el mandatario las ha defendido argumentando que allí recibe a varios de los líderes mundiales que lo visitan. Fue allí, de hecho, donde se discutió al aire libre un asunto delicado de seguridad nacional.

Sin embargo, los costos de la familia presidencial no se limitan a sus visitas a Mar-A-Lago. Según el mencionado medio británico, la seguridad en la Trump Tower de Nueva York de la primera dama, Melania Trump, y del hijo de ella y el presidente, Barron, cuesta a diario cerca de U$ 500 mil. La cifra al año, de hecho, podría llegar a los U$ 183 millones, según Daily News.

El Servicio Secreto y empleados de la embajada estadounidense también gastaron al menos U$ 1.000 en servicios de hotel para Eric Trump, hijo del presidente, en la visita que hizo a Uruguay para promover una construcción de la compañía Trump.

En otro artículo, Independent reporta que el costo de los viajes que ha hecho Trump en el mes que lleva como mandatario de los estadounidenses casi iguala al de los viajes que hizo su antecesor, Barack Obama, en casi un año.