De nada sirvió que la mujer asegurara que cometió el doble asesinato durante un momento de locura, el 25 de octubre de 2012.

Tras un juicio de seis semanas, y a pesar del testimonio de psiquiatras que estimaron que Ortega sufría de psicosis y se encontraba en un estado “disociativo” en el momento de los crímenes, un jurado la declaró culpable de los dos asesinatos el 18 de abril.

El juez Gregory Carro aceptó este lunes el pedido de los padres de los niños y del fiscal, que estimó que Ortega, una “narcisista maligna”, el “mal en estado puro”, debe ser privada de toda “esperanza” de recuperar la libertad.

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Por la primera vez desde el inicio del juicio, Ortega requirió la palabra durante unos minutos y pidió clemencia a raíz de su enfermedad mental.

Con lágrimas, expresándose en español, pidió “muchas disculpas”. “Yo había dicho a mi familia que no me sentía bien”, afirmó.

El drama tuvo lugar en el apartamento de la acomodada familia Krim, en el Upper West Side de Manhattan, muy cerca del Central Park.

La madre, Marina Krim, que había salido a buscar a su tercer hijo, una niña, a una clase de danza, halló a Ortega en el baño del apartamento, junto a los dos niños apuñalados en la bañera.

El padre, que esa noche regresaba de un viaje de trabajo a San Francisco, fue informado del crimen por la policía, que lo esperaba en el aeropuerto para darle la terrible noticia.

El crimen dio lugar a la novela ‘Chanson douce’ (‘Canción de cuna’) de la franco-marroquí Leïla Slimani, un éxito de ventas en Francia y ganadora del premio Goncourt en 2016.