Científicos reportaron el hallazgo de lo que parecía un tiburón duende en una playa de Grecia. El anuncio oficial sucedió el año pasado en la revista Mediterranean Marine Science, que además ha ocasionado especulaciones, retractaciones, y la posibilidad de que se hubiera tratado de un juguete para niños y no del descubrimiento de una nueva especie.
Según el artículo científico original, el tiburón duende del Mediterráneo fue hallado por un hombre llamado Giannis Papadakis en agosto de 2020. Después de encontrar el espécimen, dice el artículo, Papadakis lo apoyó en unas rocas y le tomó una foto. La imagen acabó en manos de un grupo de científicos locales, que dos años después la publicaron junto a registros de otras especies encontradas por primera vez en el Mediterráneo.
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El documento parecía un éxito de la ciencia ciudadana, en el que personas sin formación científica formal ayudan a los científicos profesionales en la investigación. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los expertos en tiburones de todo el mundo comenzaran a expresar sus dudas sobre la autenticidad del tiburón.
El escepticismo también surgió a raíz de que no se había realizado un examen directo del tiburón.
En noviembre, un grupo de investigadores de tiburones publicó un artículo en el que también se cuestionaba la veracidad del hallazgo. “Tenemos dudas”, expresó el documento, en el que también se argumentó la falta de dientes del espécimen, sus aletas demasiado redondeadas y su bajo número de hendiduras branquiales.
Pero los cuestionamientos alcanzaron su cúspide cuando una imagen fue compartida en redes sociales: se trataba de un juguete de tiburón duende comercializado por una compañía italiana, llamada DeAngostini.
El juguete “muestra una gran similitud con el espécimen de la imagen publicada”, le dijo Jürgen Pollerspöck, investigador independiente de tiburones y autor del artículo, que planteó las dudas sobre la autenticidad del tiburón duende griego, al New York Times.
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Los autores del artículo original se duplicaron este mes y mantuvieron sus afirmaciones en respuesta a las preocupaciones planteadas por Pollerspöck y sus colegas. También modificaron su tamaño estimado de 30 pulgadas a 7 pulgadas y sugirieron que el tiburón duende en cuestión podría ser un embrión, pero Pollerspöck respondió que “los embriones de este tamaño no son viables”.
Luego, esta semana, los autores del artículo original se retractaron, así como su respuesta a la crítica, admitiendo que había demasiada incertidumbre sobre el hallazgo.
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