Según la investigación, que fue elaborada de manera conjunta con algunos médicos chinos, la mujer dio negativo en las primeras pruebas que se le realizaron apenas llegó al gigante asiático el pasado 19 de marzo, procedente de Estados Unidos.
La joven, debido a que no fue diagnosticada con la enfermedad y no presentaba ningún tipo de sintomatología, utilizó el ascensor de su edificio antes de aislarse de manera preventiva, agregó el estudio.
Una semana después, un vecino del piso de abajo –que había usado el mismo elevador que la mujer– hospedó por una noche a su madre y padrastro, quienes 3 días más tarde estuvieron en una concurrida reunión.
El informe, igualmente, señaló que el 2 de abril uno de los asistentes a esa fiesta sufrió un derrame cerebral y fue llevado al hospital, donde posteriormente se detectaron 28 casos de coronavirus.
A pesar de que en un principio no presentaba los síntomas del brote, el padrastro del vecino de la joven fue diagnosticado con la enfermedad respiratoria 11 días después de haber estado en su casa, afirmó la investigación.
“Llegamos a la conclusión que la viajera, de 25 años, era una portadora asintomática y que el residente del edificio pudo haberse infectado por el contacto con las diferentes superficies del ascensor, que ambos usaron”, puntualizó el informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
De acuerdo con la entidad norteamericana, hasta el pasado 22 de abril, cuando finalizó el estudio, se habían registrado 71 casos de contagio asociados con la mujer, demostrando cómo un solo asintomático (y eso que más o menos responsable) puede provocar un contagio masivo a gran escala.
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