Por el contrario, la Casa Blanca asegura que la esposa del presidente estadounidense Donald Trump se siente “honrada” por la oportunidad de ocupar ese puesto.

La oficina de la primera dama criticó duramente un artículo publicado este domingo por la revista ‘Vanity Fair’, que perfila a una primera dama celosa de su privacidad y reticente a asumir un papel más activo en la vida pública del país.

“Esto (la Casa Blanca) no es algo que ella quisiera, y no es algo que él (Donald Trump) pensara jamás que iba a ganar. Ella no quería esto, bajo ningún concepto. No creo que pensara que iba a ocurrir antes de las elecciones de noviembre 2016”, dijo a la revista una fuente anónima, identificada como un “viejo amigo de los Trump”.

La directora de Comunicación de la primera dama, Stephanie Grisham, rechazó esa idea en un comunicado divulgado por la cadena de televisión Fox, al asegurar que el perfil de ‘Vanity Fair’ estaba “lleno de fuentes anónimas y afirmaciones falsas”.

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“Siendo una revista dirigida a las mujeres, es vergonzoso que sigan escribiendo artículos escabrosos y falsos para degradar a la señora Trump, en lugar de centrarse en su trabajo positivo como primera dama, como esposa y madre que sirve de apoyo al presidente y a su hijo Barron”, indicó la portavoz.

“Como se ha dicho ya muchas veces, ella se siente honrada por su papel en la Casa Blanca”, añadió.

El mes pasado, la oficina de Melania tuvo que enviar el mismo mensaje después de que la primera esposa de Trump, Ivana, concediera varias entrevistas para promocionar un libro y asegurara que ella es la verdadera “primera dama” de Estados Unidos.

“La señora (Melania) Trump ha convertido la Casa Blanca en un hogar para Barron y para el presidente. Le encanta vivir en Washington. Ella planea usar su título y su papel para ayudar a niños, no para vender libros”, afirmó en octubre su oficina.

No obstante, Melania ha sido menos activa en el cargo que sus predecesoras, Michelle Obama y Laura Bush, quienes impulsaron varias causas, como la lucha contra la obesidad infantil o la promoción de la lectura, respectivamente.

La primera dama aseguró durante la campaña electoral que quería dedicarse a combatir el acoso cibernético, especialmente a los niños, pero hasta ahora no ha definido iniciativas en concreto para avanzar hacia ese objetivo, que por otra parte le ha merecido críticas dado que su esposo usa Twitter para lanzar todo tipo de insultos.

Aun así, la esposa de Trump es más popular que su marido, con un 44 % de aprobación popular según una encuesta publicada en septiembre por la cadena CNN, frente al 41 % que recibió el presidente en ese sondeo.

EFE