La destrucción de los vehículos se cumplió en la norteña ciudad de Santa Ana, y entre ellos había carros de marca Lamborghini, Mustang y Porsche que, junto con las motos, tienen un valor total estimado de 298 millones de pesos filipinos (más o menos 16 mil millones de pesos colombianos), dice el portal Unilad.

La cifra parece muy baja para tratarse de 68 carros de lujo. Sin embargo, esos son los datos que recoge la prensa. Es posible que entre todos los vehículos destrozados hubiera algunos mucho más costosos que otros.

La extrema medida hace parte del plan del gobierno de Duterte para combatir el contrabando y la corrupción en su país, y aunque el propio mandatario admitió es posible que no logre erradicar esos problemas por completo, cree que la destrucción de los carros y del contrabando en general es un parte importante de su plan.

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El medio canadiense National Post, que recoge la noticia, recuerda que para combatir a presuntos traficantes de droga, Duterte ordena ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por escuadrones de muerte.

Fiscales de la Corte Penal Internacional iniciaron en meses pasados un examen preliminar para determinar si se han cometido crímenes contra la humanidad en Filipinas. Por eso, en marzo de este año Duterte anunció su retiro de la corte como protesta, dice el portal The National.

Esta no es la primera vez que el presidente Duterte lleva a cabo una destrucción de carros de lujo de esa manera. En febrero pasado había ordenado la reducción a chatarra de al menos 20 vehículos de marcas como Porsche, Mercedes-Benz, Jaguar y Corvette que habían sido ingresados ilegalmente al país.

Este video muestra todo el acto en el que se aplastaron los carros. El momento doloroso puede verse a partir del minuto 19:25: