El Tribunal Administrativo de Berlín, al que se recurrió con carácter de urgencia, consideró que “la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública” no era válido a priori, aunque puso condiciones para la celebración de la protesta.

En principio, las autoridades de la capital habían justificado su prohibición por la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1,5 metros entre manifestantes, en momentos de rebrotes de la epidemia por coronavirus en Alemania.

Los organizadores de la manifestación, para la que se esperan miles de personas, deberán vigilar el respeto de la distancia mínima entre los manifestantes, aunque no estarán obligados a usar tapabocas.

Una manifestación anterior de opositores a las medidas contra la epidemia reunió el primero de agosto a unas 20.000 personas, entre quienes había militantes contra las vacunas, simpatizantes de extrema derecha y otros.

Fue interrumpida por la policía, tras haberles llamado la atención a los manifestantes varias veces por no respetar la distancia y otras medidas.

Las fuerzas del orden advirtieron que dispersarán a los manifestantes en caso de incumplir las normas sanitarias.

La prohibición el miércoles de la manifestación había sido calificada por la extrema derecha de “dictatorial”.

Leif-Erik Holm, diputado de la Alternativa para Alemania (AfD), se congratuló de la decisión judicial de este viernes, calificándola en Twitter de una “victoria por la libertad”.

“El Estado de derecho ha protegido la libertad de reunión contra la arbitrariedad” de la municipalidad de la izquierda berlinesa, dijo otro dirigente de ese partido, Beatrix von Storch.

Para el sábado también están previstas contramanifestaciones en Berlín.