El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el miércoles que su país enviaría atletas pero no una delegación oficial a los Juegos Olímpicos en febrero, sumándose así al boicot diplomático que Estados Unidos anunció el lunes en defensa de los derechos humanos.

Preguntado durante una rueda de prensa, el portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin, aseguró que su país nunca había tenido la intención de invitar a autoridades australianas.

A “nadie le importa saber si vienen o no”, dijo. “Sus maniobras políticas y sus pequeños trucos no cambiarán nada al éxito de los Juegos Olímpicos ”, dijo.

Australia mantiene con China relaciones muy difíciles desde hace varios años, que la acusa de alinearse sistemáticamente con las posiciones estadounidenses.

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La decisión de Camberra “muestra ante los ojos de todos que el gobierno australiano sigue ciegamente la línea de un país“, consideró Wang, sin nombrar a Estados Unidos.

El país norteamericano atribuyó su decisión a las violaciones de los derechos humanos por parte de China, argumentando que enviar una delegación diplomática sería “como si nada hubiera pasado, a pesar de las flagrantes violaciones de los derechos humanos y las atrocidades de China en Xinjiang”.