El Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la oposición de servir al gobierno, explicará esta tarde el proceso de verificación. Según la ley, debe revisar en cinco días las listas y en otros cinco llamar a los firmantes a ratificar su apoyo con la huella digital.

Si el CNE las valida, autorizará la recolección, en tres días, de otras cuatro millones de rúbricas (20% del registro electoral) requeridas para convocar al referendo, que luego deben ser revisadas en 15 días.

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“Lo que diga el CNE palabra sagrada. Si en el segundo paso (…) llegara a decir que se recogieron las firmas, vamos a referéndum y punto”, dijo Maduro, en su primera declaración directa sobre una aceptación de un revocatorio en su contra.

Para que el mandatario socialista sea revocado, el “Sí” deberá obtener más de los 7,5 millones de votos con los que fue elegido en abril de 2013 tras la muerte de su mentor, Hugo Chávez.

“Estamos listos para lo que venga”, aseguró Maduro, aunque vaticinó que los intentos para sacarlo del palacio de Miraflores fracasarán rotundamente.

Pero la oposición, que arrasó en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, está confiada. Eufórica, dijo haber recogido en pocos días 2,5 millones de firmas para activar el revocatorio, de las que presentó 1,85 millones, aunque sólo tenía que entregar 195.721 (1% del padrón electoral).

“Lo vamos a lograr porque el pueblo quiere salir de este gobierno”, aseguró el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.

Un 68% de los venezolanos está a favor de que Maduro deje el poder y haya elecciones, y un 84% estima negativa la situación del país, según la firma Venebarómetro.

Vivir con la inflación más alta del mundo (180% en 2015), una severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, y con cortes de luz por una crisis eléctrica, ha aumentado el malestar popular en este país petrolero de 30 millones de habitantes.

Maduro atribuye la crisis a una “guerra económica” de empresarios de derecha y al desplome de los precios del crudo, y dijo sentirse seguro, si hay referendo, de que “el pueblo no me va a fallar”.

Para el proceso que inicia este miércoles, Maduro nombró una comisión para defenderlo y verificar cada rúbrica. “Vamos a tener acceso a todas las listas. Firma falsificada, demanda asegurada”, advirtió.

El jefe de esa comisión, Jorge Rodríguez, expresidente del CNE, aseguró que 20 “testigos” vigilarán paso a paso el proceso. “En pocos días se va a saber que inflaron en un millón de firmas”, vaticinó.

AFP