El pasado martes 28 de enero, la historia de Schlosser escandalizó Brasil, hecho donde ocurrió el suceso, y se viralizó en el resto de la región, debido a las dimensiones que puede alcanzar el ser humano.

La joven, de 25 años, recibió 5 disparos, 2 de ellos en la cabeza, por parte de Posselt luego de una discusión que tuvieron en una plaza de Venâncio Aires, lugar donde viven los dos.

Aunque está viva de milagro y todavía tiene las 2 balas dentro de su cabeza, Schlosser decidió perdonar al hombre que casi la asesina y al interceder por él en el juicio, al decir que ella provocó la agresión, el jurado solo lo condenó a 7 años de prisión: 5 por intento de homicidio y 2 por posesión ilegal de arma.

El fiscal del caso Pedro Rui da Fontoura Porto, que se resignó en un primer momento a esa condena, apeló esa decisión al argumentar que la defensa de Lisandro Rafael Posselt se basó en una “emoción violenta”, porque la mujer, Micheli Schlosser, lo había increpado durante la discusión, diciéndole que lo iba a denunciar por violación, explica el diario local Alegrete Tudo.

Sin embargo, para da Fontoura Porto no hubo tal “emoción violenta”. “Si la reacción hubiera sido inmediata, rápidamente después de la provocación de la víctima, podría decir que el acusado perdió el control, pero tuvo tiempo de ir a casa, en el vecindario de Santakey, tomar un arma y regresar a la escena. Por lo tanto, el tiempo requerido para ese beneficio se perdió”, explicó el fiscal al mismo medio.

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Da Fontoura Porto expresó que la reacción de Schlosser al pedir la absolución de su agresor “no es del todo sorprendente porque algunas víctimas de violencia doméstica tienden para regresar, perdonar e incluso luchar por la impunidad de sus agresores”.

Este debate lo abrió la página de Facebook Centro de Psicoterapia Ser Familia, la cual señaló que esta joven brasileña tiene dependencia y amor tóxico hacía su expareja.

“El principal problema en la violencia y matanza de parejas es que las mismas víctimas tienden a aceptar y normalizar la violencia con tal de evitar la soledad y mantener dependencias tóxicas”, expresa la página que busca “ayudar y difundir la salud psicológica emocional de niños, parejas y familias”, dijo esa organización en la mencionada red social, donde tiene más de 9 millones y medio de seguidores.

El fiscal dijo que este episodio de perdón, a pesar de todas las circunstancias, puede ser aceptable, pero que lamenta no compartirlo, pues para él se abriría un antecedente en la lucha contra la violencia de género.

“Quien quiera ser jurado, olvide la piedad. El jurado no es una organización benéfica. Aquí hay un lugar para hacer justicia”, finalizó da Fontoura Porto en Alegrete Tudo.