Todo ocurrió luego de que la abuela descubriera que le faltaban 750 pesos chilenos (3.500 pesos colombianos). Ella les pidió explicaciones a sus nietos, pero se enfureció al no obtener una respuesta satisfactoria.

La mujer llevó a los niños a la cocina de su vivienda, ubicada en el municipio de Quilicura, y calentó un cuchillo sobre el fogón de la estufa. De inmediato, lo puso sobre las palmas de las manos de ambos menores “para reprenderlos”, según confesó tras ser detenida.

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En seguida, como si nada e igual que todos los días, la abuela fue a dejar a sus nietos al colegio Juan Luis Undurraga. Allí, a los profesores les llamó la atención que los pequeños no utilizaran normalmente sus manos, por lo que los revisaron y, de esta manera, se dieron cuenta de las lesiones de los pequeños.

De acuerdo con los antecedentes del caso, la abuela estaba a cargo de sus nietos porque el padre de los niños trabaja en una localidad de la región de Valparaíso, a la que viaja todos los días.