“El primer día pensé: ‘Oh, está bien, no es gran cosa… tal vez sea algo que acabo de poner en mi camiseta’. El segundo día miré, y lo mismo, y dije: ‘Eh … interesante’. Luego, al tercer día, dije: ‘¿Qué es esto? Me pregunto qué es esto’”, narró el papá de la cantante en el medio, y agregó:

“Pasaron un par de días y no tuve ningún tipo de descarga. Luego, en el quinto día, otra vez, solo una pequeña gota de sangre. Le comenté a mi esposa: ‘Mira esto’, y ella me respondió: ‘Sabes, cuando limpié las sábanas el otro día vi una gota de sangre y no le presté atención, pero esto es un poco raro’”. Inmediatamente fui a mi médico”.

Enseguida, el progenitor de la artista relató en la entrevista que, como ha tenido muchas familiares que han padecido esta enfermedad y, además, trabajó en un lugar donde hacían pruebas relacionadas con el cáncer, sabía que debía pedir que le practicaran una mamografía, aunque por unos minutos quiso creer que el asunto no era grave y la sangre se debía al efecto de algún medicamento que tomaba.

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“Avancé rápido, fui al médico y le dije que me gustaría hacerme una mamografía […] pero [me respondió]: ‘Primero hagamos una prueba’. Entonces obtuvieron una muestra de la sangre, y no fue concluyente. Luego nos hicimos una mamografía y fue entonces cuando vimos que, de hecho, había cáncer de mama allí. Al menos eso pensaron. El siguiente paso fue una ecografía y una biopsia con aguja. Fue entonces cuando lo determinaron con certeza: tenía cáncer de mama”, rememoró Knowles.

En ese momento, el afectado solo estaba acompañado de su esposa, por lo que decidió llamar a su ex y a sus hijos para contarles lo sucedido, indicó en dicho portal.

El papá de Beyoncé lleva varios meses en esa batalla pues, según recordó en la publicación, en julio lo operaron, pero además se ha sometido a unas pruebas para determinar otros posibles tipos de cáncer que pueda llegar a padecer debido a sus antecedentes familiares.

Y la lucha continuará, por lo menos hasta comienzos del otro año, ya que Knowles puntualizó:

“Voy a extirparme el segundo seno en enero, porque quiero hacer todo lo posible para reducir el riesgo. Usamos las palabras ‘libre de cáncer’, pero médicamente no existe tal cosa. Siempre hay un riesgo. Mi riesgo de recurrencia del cáncer de mama es inferior al 5 %, y la extracción del otro seno lo reduce a alrededor del 2 %”.