Margarita Rosa de Francisco contó, en las historias de su cuenta de Instagram, lo que sintió.

Ella viajaba en compañía de Cholo, su gato. Esta es la transcripción literal de su relato:

“Les cuento que el susto fue espantoso porque sentimos que explotó algo dentro de la cabina, y quedó como suelto un objeto, algo que se pegaba contra la superficie del avión. Mientras que sentimos el ruido fuerte hasta que aterrizamos pasó como una hora, como una hora de zozobra…

“Y sí, sí le vi la cara de frente a la ‘pelona’ [la muerte]”.

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“Pero bueno, la parte chévere del cuento es que nos acomodaron en un hotel muy bueno, en el Meliá Cohiba. Y yo estoy muy bien aquí en esta habitación, con el nené. Ustedes no saben el lío que ha sido venirse con ese gato. El gerente de Avianca de aquí me consiguió un carro para que yo pudiera ir con el señor a buscar cosas para Cholo, y toda la tarde nos tomó encontrar una lata de atún. El señor me ayudó a sacar arena de la playa. A Cholo no le ha gustado esa arena…

“Esto de morirse no es algo que ocurre en el futuro. Eso ocurre en el presente, siempre va a ocurrir en un ya para uno, que era hoy, ese momentico”.

“Dije: ¿por qué será que Cholo y a mí nos tocan estas cosas? Pero dije: ‘Bueno, por lo menos va a ser un totazo y ya. Va a ser una cosa rápida’. Alcancé a pensar de todo”, concluyó.