Ahora, mediante una publicación en Instagram, les dio un parte de tranquilidad a sus seguidores, en medio de lo complicado que está siendo todo este proceso para ella; allí explicó que no estaba muy consciente cuando fue ingresada a la Fundación Santa Fe.

Hizo un resumen de todo lo que ha vivido estos últimos días; según explicó, su problema de salud no fue algo tan grave pero “sí enormemente discapacitante”, pues hay muchas cosas de la vida cotidiana como bañarse, comer y caminar, que aún no puede hacer por sí sola.

Lee También

La presentadora del Canal 1 también comentó que ha tenido que permitir que otras personas se hagan cargo de ella y, teniendo en cuenta que es una mujer muy independiente, no ha sido una tarea fácil.

Tuve que soltar, permitir que otros se hicieran cargo de mí, dejando de lado mi recia independencia, mi terca autonomía y hasta mis más vulnerables pudores”, detalló en parte del post de la publicación, en la que compartió una foto de la que fue su camilla por algunos días.

Margarita ya fue dada de alta y celebró este hecho diciendo que todavía le “falta un tiempo para estar sobre el ‘ring’“, y agregó que “la vida está para no perdérsela por nada en el mundo”.

Esta es la imagen, que ya cuenta con más de 5.000 ‘likes’ y varios mensajes de aliento por parte de seguidores y amigos.

View this post on Instagram

Llegué sin sentido, en ambulancia, con mucho dolor, completamente perdida, viviendo en carne propia como mi alma estaba atrapada en este carruaje, mi cuerpo, sin espacialidad, sin tierra, en desasosiego. No tengo memoria sobre mi ingreso pero sí de lo que han significado estos nueve días. El dictamen no fue grave, gracias a Dios, pero sí enormemente discapacitante, quien lo ha vivido lo sabe. He conquistado grandes batallas en esta semana. Pasaron los dolores intensos y aunque hay muchas cosas que aún no puedo hacer sola algunas que hasta hace unos días parecían sencillas y automáticas como vestirse, bañarse, comer, caminar, hoy son enormes logros. Durante esta semana tuve que soltar, permitir que otros se hicieran cargo de mí, dejando de lado mi recia independencia, mi terca autonomía y hasta mis más vulnerables pudores. Como nunca, entendí que no puedo hacerlo todo, que confiar en la perfección de la vida, en la sabiduría interior, en el poder superior es la base, que no estoy sola, que nunca nos dejan, que cada etapa es una experiencia de amor, que la vida es y en eso radica su grandeza, que estamos absolutamente conectados y que un rayo de sol es el día entero. Hoy puedo despedirme de la clínica con gratitud. Todavía me falta un tiempo para estar sobre el ring pero estoy convencida de que llegaré ahí más serena, más feliz y apreciando y bendiciendo cada instante, cada aliento. La vida me hizo parar a través de un virus que descontroló todo mi equilibrio, mi visión, mi cerebro, que derrumbó mi sistema conocido. Hoy quiero comprender el mundo desde la novedad de esta vivencia y de compartir con ustedes este sentimiento de fragilidad que se queda solo para recordarme o recordarnos que la vida es cortica, única, excepcional pero que sobre todo está para no perdérsela por nada del mundo. A veces dejamos que todo pase muy rápido y no vemos el sentido de lo pequeño pero inmensamente magnífico de cada momento. ¡Es aquí y es ahora! La vida nos une de maneras inimaginables y el proceso de esa unicidad nos bendice con su aliento y su familiaridad. Estamos creciendo, estamos experimentando. Gracias a todos en @fsfb_salud por su corazón de oro.

A post shared by Margarita Ortega (@margaritamariaortega) on