En el documento se detalla que la intención de Manuel nunca fue “incumplir el proceso obligatorio de todo ciudadano” y que su actitud fue “por la confusión natural que implica verse en medio de la detención por parte de los agentes migratorios”.

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Más adelante, se lee que el artista “acepta que su proceder no fue el apropiado” y, además, pide “disculpas públicas a los agentes que cumplían con su deber”.

Oficina de prensa Gus Rincón

Cabe recordar que Manuel Medrano no solo saltó un torniquete cuando su pasaporte no fue leído por las máquinas, sino que al ser llevado a una oficina le rapó su identificación a uno de los agentes y antes de salir decidió dejar una queja, alegando que lo habían “secuestrado”.